Esta versión formalmente elegante y dramáticamente fiel del "Hara-kiri" (1962) de Kobayashi (...) decepcionará a la audiencia que espere violencia extrema. Pero (...) ofrece sus propias recompensas.
(Variety)
Pletórica de forma y de fondo sobre una historia de amor, muerte, honor y venganza.
(ABC)
"Hara-kiri", la nueva versión de Takashi Miike de la película de Masaki Kobayashi de 1962, es un film primoroso y ceremonial, totalmente respetable.
(The Hollywood Reporter)
Miike se reserva sus arrebatos violentos para un brutal harakiri y una lucha de «todos contra uno» que abre y cierra un filme extremadamente delicado, que deja su verdadero poso emocional en su tristísima segunda parte.
(La Razón)
Miike muestra versatilidad y una profunda afinidad con la elegancia de los maestros tradicionales del género, Akira Kurosawa y Yasujiro Ozu.
(Little White Lies)
Descubrimos (...) un Miike delicado, capaz de emocionar en un grado insospechado.
(Les Inrockuptibles)
Un film de samuráis que se transforma, de un modo tan emotivo como orgánico, en un feroz melodrama de sacrificios y fatalidades. (...) Miike demuestra que puede desenvolverse bien en un registro contenido, en el que la delicada composición del encuadre pesa más que la sangre derramada en la batalla final.
(Fotogramas)
Es simplemente otro de los múltiples registros de Miike. Sin duda el más sobrio y maduro, el que le aproxima con mayor nitidez a los clásicos del cine japonés.
(Caimán Cuadernos de Cine)
De inspiración claramente shakesperiana, y por extensión, muy emparentado con el cine de Kurosawa, "Hara-Kiri" es un vendaval de emociones, filmadas con el temple de un director superdotado.
(Cinemanía)