Como todos los chavales de dieciséis años, Ainoa tiene una jornada escolar agotadora. Así que este verano, por primera vez, va a irse de vacaciones donde ella quiera, y no donde le diga su padre. Padre e hija se enzarzan así en una larga, tensa y definitiva discusión en la que el lugar de vacaciones de la niña acaba destapando asuntos que no estaban en el guión. Con esta excusa argumental, David Planell remata su peculiar ciclo de sátira verité, reflexionando sobre familia, turismo y minas antipersonas.